¿Por qué la vida se trenza
siempre a favor de los malos?
¿Por qué los buenos no tienen,
nunca de la vida amparo?
¿Y por qué extraño misterio
los buenos viven temblando,
escondidos tras la puerta
por si les cae algún palo?
¿Por qué vivir con el miedo,
de que todo es un pecado?
Por ese Dios que constante
los infiernos les recuerda
a quienes dejan el camino
saliéndose de la senda,
que en su maleficio traza,
con esa religión cruenta
que pone frenos y trabas
a los que a ella se aferran,
renunciando a lo más bello
que la vida nos oferta.
El hombre tan solo quiere
hacer de su vida un gozo,
sin miedo a las represalias
que hacen de su vida un hondo
barrancal de la tristeza
sin poder hallar el modo
de vivir a pierna suelta
y hacer de su vida un chollo
sin rendir cuentas a nadie
que quiera comerle el coco.
Te dicen que pa´ ser bueno
sigas bien sus ordenanzas,
las mismas que ellos no siguen
pero a ti si te amenazan
buscando tan solo el fin
de poder llenar la panza
a costa de tu bolsillo,
que con el diezmo lo arrasan
y puede que hasta consigan
que al morir les des tu casa..
No sigas por esa senda,
¡vive ya tu propia vida!
Sin el miedo a los que dicen;
que existe un Dios que castiga
a los que buscan vivir
sin nada que les prohiba
sacar de la vida el gozo
y esta no sea perdida
¡qué vida tenemos una,
digan ellos lo que digan!
¡Qué viva sin hacer daño,
cada quien su propia marcha,
sin el miedo al que dirán,
ni de los dioses venganza!
La vida son cuatro días
y se precisa de garra
para sacar el sabor
disfrutando su mandanga
y si haces caso de cuentos
no vivirás pa´ contarla.
¡Qué viva sin hacer daño,
cada quien su propia marcha,
sin el miedo al que dirán,
ni de los dioses venganza!
La vida son cuatro días
y se precisa de garra
para sacar el sabor
disfrutando su mandanga
y si haces caso de cuentos
no vivirás pa´ contarla.
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