viernes, 20 de abril de 2018

W De recuerdos y gomas



Al cielo pido y reclamo
de borrar me de una goma,
no crean que va de broma,
alto lo digo y proclamo.
Más que hablar… ¡estoy que bramo!
Ruego excusen mi gritar,
me vinieron a buscar
dos recuerdos pa´ joderme
y una goma ha de valerme
para poderlos borrar.

El primero muy modoso
vino a decirme que yo
tuve la culpa de “tó”
por mi corazón miedoso.
El otro algo más rumboso
supo sacarme a escena
una noche en la verbena
en la que dije que no,
a un mozo que me achuchó
sin rematar la faena.

“Resbala llorando el sol
al ver que muere la tarde,
en mi rostro un fuego arde,
con sonrosado arrebol.
Bajo la luz de un farol
el mozo que me corteja
hunde su boca en mi oreja
en delicado mordisqueo.
¡Ay, mi madre que mareo,
pero no suelto una queja!”

¡Qué recuerdo más bonito
pero en eso se quedó!
Y fui yo, quien lo paró,
tuve miedo, bien lo admito.
Hoy siento que necesito
las fuerzas para llorar
o esa goma de borrar
que deje solo lo bello,
¡no quiero más regomello!
Ya está bien… ¡tanto penar!

De recuerdos tengo un mar
en el naufraga un velero,
por patrón lleva un te quiero
que no supo navegar.
A veces quiero olvidar
otras, ¡no sé lo que quiero!
A días creo que muero,
otros veo frente a mí
los sueños que puse en ti
y perdí su derrotero.

Y fuerte rompo a llorar,
lloro por mi cobardía,
no vivo desde aquel día;
en que no te supe atar.
Dejé un velero zarpar,
no supe, ver bien su carga,
hoy la tristeza me embarga.
¡Quisiera retrasar años,
y alejar de mí los daños
de la soledad amarga!

O bien dar uso a la goma,
dejar blanca la libreta
y ni un recuerdo se meta 
a roer como carcoma.
Pero sigue siendo broma,
que goma ninguna quiero,
por recordar desespero,
eso me ayuda a vivir.
¡Aunque aumenten mi sufrir
sin mis recuerdos… me muero!

De recuerdos y gomas Al cielo pido y reclamo, de borrar me de una goma, no crean que va de broma, alto lo digo y proclamo. Más que hablar… ¡estoy que bramo! Ruego excusen mi gritar, me vinieron a buscar, dos recuerdos pa' joderme y una goma ha de valerme... para poderlos borrar. El primero, muy modoso, vino a decirme que yo, tuve la culpa de “tó”, por mi corazón miedoso. El otro, algo más rumboso, supo sacarme a escena una noche en la verbena, en la que dije que no, a un mozo que me achuchó... sin rematar la faena. “Resbala llorando el sol, al ver que muere la tarde, en mi rostro un fuego arde, con sonrosado arrebol. Bajo la luz de un farol, el mozo que me corteja hunde su boca en mi oreja en delicado mordisqueo. ¡Ay mi madre, que mareo, pero no suelto una queja!” ¡Qué recuerdo más bonito, pero en eso se quedó! Y fui yo, quien lo paró, tuve miedo, bien lo admito. Hoy siento que necesito las fuerzas para llorar o esa goma de borrar que deje solo lo bello, ¡no quiero más regomello! Ya está bien… ¡tanto penar! De recuerdos tengo un mar, en el naufraga un velero, por patrón lleva un te quiero que no supo navegar. A veces quiero olvidar, otras, ¡no sé lo que quiero! A días creo que muero, otros veo frente a mí los sueños que puse en ti... y perdí su derrotero. Y fuerte rompo a llorar, lloro por mi cobardía, no vivo desde aquel día; en que no te supe atar. Dejé un velero zarpar, no supe, ver bien su carga, hoy la tristeza me embarga. ¡Quisiera retrasar años, y alejar de mí los daños... de la soledad amarga! O bien dar uso a la goma, dejar blanca la libreta y ni un recuerdo se meta ... a roer como carcoma. Pero sigue siendo broma, que goma ninguna quiero, por recordar desespero, eso me ayuda a vivir. ¡Aunque aumenten mi sufrir, sin mis recuerdos… me muero!

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