En mis sueños ya lo veo,
cada vez están más cerca,
en nombre de un falso dios
lanzan al viento su arenga,
tiembla el miedo de pavor
mudas quedan las palmeras
y van perdiendo los granos
en las dunas las arenas.
Entre silencios y llantos
cabalga una sombra espesa,
por sombrero lleva un nido
donde habita la miseria,
con paso firme dirige
sus pasos hacia mi puerta
sin miedo a temerle al miedo
ni a nada que la detenga.
Ya los negros nubarrones
amenazan que habrá juerga,
los truenos ceden el paso
a un cañón de boca negra,
el rayo se queda en casa,
no ve muy clara la fiesta,
jamás hizo el tanto daño
como sabe hacer la guerra.
Rasgan ya sus vestiduras
silencios de mente huera
sin atender más razones
que calzarse las espuelas,
la noche viste de largo
y engalana las tinieblas,
pintando en rojo el camino
por donde el miedo se acerca.
Perdió la Luna el color,
aquel blancor de azucena,
el Cielo compró pinceles,
quiere pintar las estrellas
color rosa fosforito
para disfrazar las penas
del dolor que les produce
ver como sangra la tierra.
Chillan silencios desnudos,
gritando tras de mi oreja;.
¡qué llega el mundo a su fin,
que se acaba la vereda!
¡no siga el tonto la linde!
¡qué todo se fue a la mierda!
y bien difícil será
hallar una senda nueva.
Alguien ya le ponga fin
al dolor que al mundo anega,
¡unánse todas las manos,
levanten ya las cabezas,
todos juntos en la lucha
y salvemos ya la tierra!
¡seamos todos un bloque
pongamos fin a las guerras!
Hagan algo los gobiernos,
se dejen ya de monsergas
o yo del mundo me bajo
en busca de otro planeta,
donde los niños no lloren
y las mujeres no teman,
donde a nadie se le juzgue
por la sangre de sus venas.
Muchas veces no comprendo
por qué seré yo tan terca,
si las tontadas que escribo
nadie ya las toma en cuenta.
La gente vive a su bola
sin importarle una berza
si su vecino de enfrente
tiene o no, para la cena.
Por mucho que desgañite
con sus voces el poeta
no se mutarán las almas
de los pocos que le lean.
Si amor del alma no sale
no lo cambian cuatro letras.
De nada sirve una voz
si por la piel no penetra.
Mas no por eso te rindas,
me dice una voz interna,
¡sigue, sigue, nunca pares!
¡tu voz traspase fronteras!
sea tu pluma quien hurgue,
arañando como fiera
esa frialdad de las mentes
que al amor nacieron huecas.
cada vez están más cerca,
en nombre de un falso dios
lanzan al viento su arenga,
tiembla el miedo de pavor
mudas quedan las palmeras
y van perdiendo los granos
en las dunas las arenas.
Entre silencios y llantos
cabalga una sombra espesa,
por sombrero lleva un nido
donde habita la miseria,
con paso firme dirige
sus pasos hacia mi puerta
sin miedo a temerle al miedo
ni a nada que la detenga.
Ya los negros nubarrones
amenazan que habrá juerga,
los truenos ceden el paso
a un cañón de boca negra,
el rayo se queda en casa,
no ve muy clara la fiesta,
jamás hizo el tanto daño
como sabe hacer la guerra.
Rasgan ya sus vestiduras
silencios de mente huera
sin atender más razones
que calzarse las espuelas,
la noche viste de largo
y engalana las tinieblas,
pintando en rojo el camino
por donde el miedo se acerca.
Perdió la Luna el color,
aquel blancor de azucena,
el Cielo compró pinceles,
quiere pintar las estrellas
color rosa fosforito
para disfrazar las penas
del dolor que les produce
ver como sangra la tierra.
Chillan silencios desnudos,
gritando tras de mi oreja;.
¡qué llega el mundo a su fin,
que se acaba la vereda!
¡no siga el tonto la linde!
¡qué todo se fue a la mierda!
y bien difícil será
hallar una senda nueva.
Alguien ya le ponga fin
al dolor que al mundo anega,
¡unánse todas las manos,
levanten ya las cabezas,
todos juntos en la lucha
y salvemos ya la tierra!
¡seamos todos un bloque
pongamos fin a las guerras!
Hagan algo los gobiernos,
se dejen ya de monsergas
o yo del mundo me bajo
en busca de otro planeta,
donde los niños no lloren
y las mujeres no teman,
donde a nadie se le juzgue
por la sangre de sus venas.
Muchas veces no comprendo
por qué seré yo tan terca,
si las tontadas que escribo
nadie ya las toma en cuenta.
La gente vive a su bola
sin importarle una berza
si su vecino de enfrente
tiene o no, para la cena.
Por mucho que desgañite
con sus voces el poeta
no se mutarán las almas
de los pocos que le lean.
Si amor del alma no sale
no lo cambian cuatro letras.
De nada sirve una voz
si por la piel no penetra.
Mas no por eso te rindas,
me dice una voz interna,
¡sigue, sigue, nunca pares!
¡tu voz traspase fronteras!
sea tu pluma quien hurgue,
arañando como fiera
esa frialdad de las mentes
que al amor nacieron huecas.
Romance de la sombra negra.
En mis sueños ya lo veo, cada vez están más cerca,
en nombre de un falso dios lanzan al viento su arenga,
tiembla el miedo de pavor mudas quedan las palmeras
y van perdiendo los granos en las dunas las arenas.
Entre silencios y llantos cabalga una sombra espesa,
por sombrero lleva un nido donde habita la miseria,
con paso firme dirige sus pasos hacia mi puerta
sin miedo a temerle al miedo ni a nada que la detenga.
Ya los negros nubarrones amenazan que habrá juerga,
los truenos ceden el paso a un cañón de boca negra,
el rayo se queda en casa, no ve muy clara la fiesta,
jamás hizo el tanto daño como sabe hacer la guerra.
Rasgan ya sus vestiduras silencios de mente huera
sin atender más razones que calzarse las espuelas,
la noche viste de largo y engalana las tinieblas,
pintando en rojo el camino por donde el miedo se acerca.
Perdió la Luna el color, aquel blancor de azucena,
el Cielo compró pinceles, quiere pintar las estrellas
color rosa fosforito, para disfrazar las penas
del dolor que les produce ver como sangra la tierra.
Chillan silencios desnudos, gritando tras de mi oreja;.
¡qué llega el mundo a su fin, que se acaba la vereda!
¡no siga el tonto la linde! ¡qué todo se fue a la mierda!
y bien difícil será hallar una senda nueva.
Alguien ya le ponga fin al dolor que al mundo anega,
¡únanse todas las manos, levanten ya las cabezas,
todos juntos en la lucha y salvemos ya la tierra!
¡seamos todos un bloque pongamos fin a las guerras!
Hagan algo los gobiernos, se dejen ya de monsergas
o yo del mundo me bajo en busca de otro planeta,
donde los niños no lloren y las mujeres no teman,
donde a nadie se le juzgue por la sangre de sus venas.
Muchas veces no comprendo por qué seré yo tan terca,
si las tontadas que escribo nadie ya las toma en cuenta.
La gente vive a su bola sin importarle una berza
si su vecino de enfrente tiene o no, para la cena.
Por mucho que desgañite con sus voces el poeta
no se mutarán las almas de los pocos que le lean.
Si amor del alma no sale no lo cambian cuatro letras.
De nada sirve una voz si por la piel no penetra.
Mas no por eso te rindas, me dice una voz interna,
¡sigue, sigue, nunca pares! ¡tu voz traspase fronteras!
sea tu pluma quien hurgue, arañando como fiera
esa frialdad de las mentes que al amor nacieron huecas.
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