martes, 17 de abril de 2018

y Romance De caballos y sellos.








Vídeo declamado

Entre silenciosas brumas
cuatro jinetes se acercan,
la peste a grupas del hambre
la muerte gritando guerra,
la injusticia lleva el mando,
el miedo acecha en la puerta
y los sellos de San Juan
van derritiendo la cera
que corre por siete ríos
que a los infiernos la llevan.

Van los caballos herrados
con hierro de lanza vieja
que tan solo por el serlo,
sabe mucho de la guerra,
sembrando de nuevo el odio
entre dunas y palmeras.
pintando por donde pisan
de sangre las azucenas.

Son los mismos que ya Lorca
dibujara en sus poemas
aquellos que a saco entraron
en la ciudad que sin flechas,
no pudieron defender
los gitanos de la vega.

Oh, Ciudad de los gitanos
¿Quién te leyó y no recuerda?
los llantos de sufrimiento
que derramó la Carmela
al ver los pechos cortados
de Rosa en una bandeja.

Siempre los mismos caballos
siempre con la misma venda,
siempre marcando su ritmo
a golpe de dura espuela,
siempre con la tiranía
en su pendón como emblema.

En otros caballos veo
sombrear estrellas negras
y trozos de  medias lunas
en sus banderas ondean
dibujando pardos cielos
con humo de las hogueras
donde masacran y cuecen
a quien de otro modo piensa.

¡No hay mal que cien años dure!
solía decir mi abuela,
pero con este llevamos
más de mil y lo que cuelga,
mas sueño termine un día
de cabalgar esta fiera.

Una mañana temprano
verás venir por la senda,
jinete en caballo blanco
con el alma en bandolera
llevando sobre su pecho,
un bordado en blancas letras
directo a los corazones
que consigan entenderlas.

¡Cese el dolor en el mundo,
únanse las almas buenas,
huyan de las religiones,
hagan del amor bandera!
Solo el mundo así podrá
elevarse a las estrellas,
solo con el propio esfuerzo
consigue el hombre sus metas.

Sin Demonios que le asusten
ni Dioses que le sometan,
con amenazas y credos
disfrazados de promesas,
pintando de rosa cielos
donde los sueños no llegan
y el corazón se marchita
consumiéndose de pena!

Tenga el hombre bien presente;
¡con miedo el alma no vuela
ni hallará nunca el camino
donde abrir su propia senda!

¡Pena siento por aquellos
que siguen lo que otros piensan
serán por siempre muñecos
de un ferial de marionetas!

Que paren ya esos caballos,
salgan ya de la vereda,
que ya sobran en el mundo
los caballos de la guerra,
no precisa el hombre ya
ni de credos ni monsergas
ni dioses que le amenacen
con esas falsas promesas
que ofrecen un cielo eterno
a cambio de que te pierdas
llevar una vida sana
disfrutando sus prebendas
sin hacer caso de cuentos
ni de santones consejas.



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