miércoles, 14 de febrero de 2018

Noche de brujas o una pelea con la Catrina



Noche de brujas 

La Negra me visitó estando en el hospital,
donde tuve que acudir al agravarse mi mal
una mañana de abril.

Con sus brazos me agarró llevandome de paseo,
-Hogueras de fuego ardiente es lo único que veo.
!Ojo! ¡qué rato pasé! 

Por eso le  pregunté; ¿pa´llevarme de visita?
No hay otro lugar "más feo" --¡Pa´ti nó, vieja guripa,
-Con tilde me dijo el ¡NO!...

--Otro más boníco sí, más no diste motivo tú
para que esta vieja arpía, por acercarte hasta allí
pierda en su trabajo un día.

Un argentino os diría, y con razón a fe mía,
¡Vos buscaste lo que sos, no pidas repare Dios, 
tu sin fin de tropelías!

-Soltaba todo este elenco sujetándome las greñas,
ya creí que la muy penco a fuerte tirón de trenzas
me metía para el concierto.

Saqué las uñas pa' fuera y entrando por el pescuezo, 
le dejé de oreja a oreja, para que nunca olvidara
mi marca de nacimiento.

También revolví la pata girando de medio lao
 y zas, patada en el morro por pazguata te has llevao,
sangrando por el hocico en el rincón se a quedao
llorando como un chiquillo.

¡No vea, salgas de ahí, o a gorrazos te'eslomo! 
¡qué no sabes tú con quien, ni quizás tampoco el  como
te estás jugando los cuartos y se te saldrán a plomo,
las bragas por los sobacos.

 Ahí vi que cogió miedo y se me acercó temblando
con su voz de zascandil, magullando entre los dientes 
y con el gesto apurao.

-¡Está bien, por esta marcho, pero ya sabrás de mí,
pediré ayuda al Tabaco y cuando vuelva a por ti,
quiero que lo tengas claro y sepas ya de antemano
que no te valdrá el reñir.

-Por mí te la pique un pollo y ni en broma te lo creas,
¡que tú de aquí sin peleas no me llevarás pa´l hoyo
por muy chula que tú seas!

-De más chulos y rechulas, ya pa' l huerto me llevé,
no te vayas a creer que te salvarán "pirulas"
ni rezos a San José.

-Déjate ya de monsergas o te reviento el hocico,
seguro que por ahí encuentras algún borrico
con ganas ya de acudir a besar al San Perico
y hacerle gozar allí del cielo como un bendito
conque olvídate de mí.

A mí con rollos no vengas, que nunca fui yo de miedos,
tan solo me asustan credos, retorcidos por las lenguas
viperinas de los lerdos que con sus falsas prebendas
nos venden caros los cielos.

Y así pasé otros tres días de fiestas en el "Chalet",
con la Negra por los suelos, renqueando a pata coja
pero muy atenta al valet, no se daba por vencida, 
predispuesta estaba ella en amargarme la vida 
y llevarme con Lucifer.

Tras poner todo bien claro, para casa hay que volver,
me despedí bien temprano agradecida otra vez,
a quien fue mi anfitriona, una muy buena doctora
y señora de buen ver, sus ayudantes delicia,
glamour y exquisitez, una educación correcta
y ese "savoir de bien fer".

Cuando llegue al fin la hora esa que funde la hiel,
quisiera que fuesen ellas con un roce de su piel
quienes cubran las vergüenzas de mi blanca desnudez.


La Negra me visitó
estando en el hospital,
donde tuve que acudir
al agravarse mi mal.

Con sus brazos me agarró
llevandome de paseo,
-Hogueras de fuego ardiente
es lo único que veo.
!Ojo! ¡qué rato pasé! 

Por eso le  pregunté;
¿pa´llevarme de visita?
No hay otro lugar "más feo"
--¡Pa´ti nó, vieja guripa,
-*Con tilde me dijo el ¡NO!...

--Otro más boníco sí,
más no diste motivo tú
para que esta vieja arpía,
por acercarte hasta allí
pierda en su trabajo un día.

Un argentino os diría;
¡Vos buscaste lo que sos,
no pidas repare Dios,
tu sin fin de tropelías!

-*Soltaba todo este elenco
sujetándome las greñas,
ya creí que la muy penco
a fuerte tirón de trenzas
me metía para el concierto,
saqué las uñas pa´fuera
y entrando por el pescuezo,
le dejé de oreja a oreja
mi marca de nacimiento.

También revolví la pata
 girándo de medio lao
 y zas, patada en el morro
por pazguata te has llevao,
sangrando por el hocico
 en el rincón se a quedao.

¡No vea salgas de ahí,
o a gorrázos te´eslomo! 
¡qué no sabes tú con quien,
ni quizás tampoco el  como
te estás jugando los cuartos
 y se te saldrán a plomo,
las bragas por los sobacos.

 Ahí vi que cogió miedo
y se me acercó temblando
con su voz de zascandil
y con el gesto apurao.

-¡Está bien, por esta marcho,
 pero ya sabrás de mí,
 pediré ayuda al Tabaco
y cuando vuelva a por ti,
que sepas ya de antemano
que no te valdrá el reñir.

-*Por mí te la pique un pollo,
y ni en broma te lo creas,
¡que tú de aquí sin peleas
no me llevarás pa´l hoyo!

-De más chulos y rechulas,
ya pa´l huerto me llevé,
no te vayas a creer
que te salvarán "pirulas".

-*Déjate ya de monsergas
o te reviento el hocico,
seguro que por ahí
encuentras algún borrico
con ganas ya de acudir
a besar al San Pedrico
y hacerle gozar allí
del cielo como un bendito.

A mí con rollos no vengas,
que nunca fui yo de miedos,
tan solo me asustan credos,
retorcidos por las lenguas
viperinas de los lerdos,
que con sus falsas prebendas
nos venden caros los cielos.

Y así pasé otros tres días
de fiestas en el "Chalet",
con la Negra por los suelos
pero muy atenta al vallet,
no se daba por vencida,
predispuesta estaba ella
en amargarme la vida
y llevarme con Lucifer.

Tras poner todo bien claro,
para casa hay que volver,
me despedí bien temprano
agradecida otra vez,
a quien fue mi  anfitriona
una muy buena doctora
y señora de buen ver,
sus ayudantes delicia,
glamour y exquisitez,
una educación correcta
y ese "savoir de bien fer".

Cuando llegue al fin la hora
esa que funde la hiel,
quisiera que fuesen ellas
con un roce de su piel
quienes cubran las vergüenzas
de mi blanca desnudez.

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