viernes, 17 de enero de 2020

Romance de una noche del mes de abril De cuentos de la Gertrudis







De vampiros y vampiresas


Allá por el mes de abril
una noche tormentosa
de relámpagos y truenos,
al dirigirme a mi choza
vi que una figura gris
proyectaba en mí su sombra.

Casi me cagué de miedo,
soy bastante cobardona
y se me erizó la piel
al oír una voz ronca
que gritó fuerte; detente,
quiero hablar contigo a solas.

Un hombre alto y muy delgado
con dientes como una morsa,
brillo maligno en sus ojos
y negras muy negras ropas,
tan negras como una fiesta
sin un gramo de farlopa.

Me dijo querer libar
de mi sangre un par de gotas,
chupándome en el cogote
bien sujeta por las corvas.

Sin pensármelo dos veces
así le dije al muy moñas;
pues de chupar te hartarás,
vente conmigo a la alcoba
y allí le podrás chupar
sin reparo y  sin demora
a mi marido el cipote
y si quieres más… las bolas.

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