Ataúd...
de negro, oscuro tapiz, hecho en madera de pino,
sobre la tapa una cruz, en el fondo yace un sueño,
de un aterrado color y una expresión de misterio
elevando al cielo un llanto, pidiendo una explicación.
.
A hombros se lo va llevando camino del cementerio
el hacia atrás va mirando ¡atrás se quedan sus predios!
la rabia le va mordiendo ¡tanto que luchó por ellos,
para tener que dejarlos, en manos de leguleyos.
.
Ya le tiran paletadas de tierra sobre la tapa,
y no se ve ya la cruz, que lucía en oro y grana.
.
Los hombres se van marchando solo queda el cementerio,
el mira a su alrededor solo ve llantos de sueños
y una fila de cipreses cual pretorianos de guardia,
que muy atentos vigilan que no se salgan los muertos.
.
Atrás se queda también, en dos cruces apoyada,
la Muerte con su sonrisa, con esa eterna sonrisa
que cuelga sobre sus labios y entre susurros diciendo;
¡"Si alguien quiere explicaciones, pregunte al maestro armero,
yo tan solo me limito a dirigir el concierto
y a cumplir con mis labores"!
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