¿Preso de quién? ¿y por qué?
Me dispuse a quitarme las cadenas
buscando liberar las ansias mías,
para intentar vivir mejores días
y ahuyentar de mí, dolor y penas.
Me fui en busca del mar y sus arenas,
cansada ya de rezos y homilías,
quería hallar la paz por otras vías
y olvidarme de credos y condenas.
La aurora me brindó su bienvenida,
el horizonte vino a darme un beso
y de gozo quedó mi faz henchida.
Esta razón saqué, por tal suceso;
vi que sin religión también hay vida,
sin tener que vivir, de dioses preso.
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