miércoles, 17 de abril de 2019

X La luz propia





No vivas por el vivir
y vive para que sea 
tu vida un eterno gozo,
no por seguir a lumbreras
caigas en oscuro pozo.

Saca tu luz del flagelo
de los ruidos mundanales,
escapa de aquellas gentes
que viven vidas banales 
por seguir tras lo corriente.

Usa carbón de la mina
que brota en tu corazón
sin escuchar la rutina
de quienes solo pretenden
marcarte una dirección.

Se embriagan con sutil verbo
de anacrónicas mentiras
para oprimir con dureza
a esas almas desteñidas
que creen lo que les cuentan.

Abre tú, tu propia puerta
saca la luz de tu mente,
hay capacidad en ti
para abrir nuevos caminos
de cara a un sol naciente.

Nadie masque tu comida
que a ti no te faltan dientes,
desempolva tus razones
y bebe del agua clara
que mana tu propia fuente.

Pero no dudes jamás
acudir a manantiales 
donde se pueda lograr
el aumentar los caudales
que te acerquen hasta el mar.

No hagas como tanto necio
que piensa saber de todo
y vive haciendo desprecio
a quien pretende ayudarle
para que salga del lodo.

Y así le podrás gritar
algún día fuerte al viento;
“Si llegué donde llegué,
sepas tan solo que fue,
gracias a mi propio esfuerzo".

La luz propia


No vivas por el vivir y vive para que sea 
tu vida un eterno gozo, no por seguir a lumbreras
caigas en oscuro pozo.

Saca tu luz del flagelo de los ruidos mundanales,
escapa de aquellas gentes que viven vidas banales 
por seguir tras lo corriente.

Usa carbón de la mina que brota en tu corazón
sin escuchar la rutina de quienes solo pretenden
marcarte una dirección.

Se embriagan con sutil verbo de anacrónicas mentiras
para oprimir con dureza a esas almas desteñidas
que creen lo que les cuentan.

Abre tú, tu propia puerta saca la luz de tu mente,
hay capacidad en ti para abrir nuevos caminos
de cara a un sol naciente.

Nadie masque tu comida que a ti no te faltan dientes,
desempolva tus razones y bebe del agua clara
que mana tu propia fuente.

Pero no dudes jamás acudir a manantiales 
donde se pueda lograr el aumentar los caudales
que te acerquen hasta el mar.

No hagas como tanto necio que piensa saber de todo
y vive haciendo desprecio a quien pretende ayudarle
para que salga del lodo.

Y así le podrás gritar algún día fuerte al viento;
"Si llegué donde llegué, sepas tan solo que fue,
gracias a mi propio esfuerzo".

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