El invierno estaba siendo
demasiado largo y frío,
estábamos los tres a la mesa
sentados frente a la apagada chimenea,
de repente ella se puso a gritar:
- "¡No queda leña!
¡ Gepetto debes hacer algo!
-¡Yaaa voyy!"
Él levantó hacia mí la mirada,
yo me levanté velozmente
y salí corriendo a toda leche...
no he vuelto a verlos.
(Del diario de Pinocho)
-0-
Me invitó a ir a bailar
para celebrar
nuestro primer
aniversario de noviaje,
desde entonces
me llaman "La coja"
(Del diario de la exnovia
del Soldadito de Plomo)
-0-
El Sotanosaurio gritaba
desde lo recóndito de su garita
(con la bragueta a medio abrir)
-¡Dejad qué los niños se acerquen a mí!
En su fuero interno pensaba
que el tan solo cumplía con el mandato
del fundador del negocio,
dos mil años atrás.
(Del libro secreto de los Gnomos,
capítulo 17, versículo 13)
Así que te llamas Ricardo
Así que te llamas Ricardo, hombre que casualidad,
igual que un amigo que tuve,
por cierto el mejor amigo que tuve jamás,
mira si era buen amigo que en mis ausencias
se acostaba con mi mujer
pa' que no pasara frío y nunca por eso se me ocurrió decirle nada.
Pero que mala suerte tuvo, un día al salir de su casa,
en la calle estrecha en que vivía, tropezó con uno de los camiones
de mi empresa de reparto, el chófer al notar el golpe
hizo marcha atrás, con tan mala suerte que le chafó la cabeza.
Fue un entierro muy emotivo, yo le mandé tres coronas,
por aquella amistad que nos unía.
Pobre Ricardo, Q.E.P.D.
También tuve yo mala suerte, esa tarde mi esposa
se cayó por el balcón.
También tuvo un bonito entierro.
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