jueves, 28 de marzo de 2019

X Micro relatos





El invierno estaba siendo 
demasiado largo y frío, 
estábamos los tres a la mesa 
sentados frente a la apagada chimenea, 
de repente ella se puso a gritar:
- "¡No queda leña! 
¡ Gepetto debes hacer algo!
-¡Yaaa voyy!" 
Él levantó hacia mí la mirada, 
yo me levanté velozmente 
y salí corriendo a toda leche...
no he vuelto a verlos.
(Del diario de Pinocho)

-0-

Me invitó a ir a bailar 
para celebrar 
nuestro primer 
aniversario de noviaje, 
desde entonces 
me llaman "La coja"

(Del diario de la exnovia 
del Soldadito de Plomo)

-0-

El Sotanosaurio gritaba 
desde lo recóndito de su garita
 (con la bragueta a medio abrir) 
-¡Dejad qué los niños se acerquen a mí! 
En su fuero interno pensaba 
que el tan solo cumplía con el mandato 
del fundador del negocio, 
dos mil años atrás.
(Del libro secreto de los Gnomos,
capítulo 17, versículo 13)
-0-

Así que te llamas Ricardo

 Así que te llamas Ricardo,  hombre que casualidad, 
igual que un amigo que tuve, 
por cierto el mejor amigo que tuve jamás, 
mira si era buen amigo que en mis ausencias 
se acostaba con mi mujer 
pa' que no pasara frío y nunca por eso  se me ocurrió decirle nada. 

Pero que mala suerte tuvo, un día al salir de su casa, 
en la calle estrecha en que vivía, tropezó con uno de los camiones
de mi empresa de reparto, el chófer al notar el golpe 
hizo marcha atrás, con tan mala suerte que le chafó la cabeza.

Fue un entierro muy emotivo, yo le mandé tres coronas, 
por aquella amistad que nos unía. 

Pobre Ricardo, Q.E.P.D.

También tuve yo mala suerte, esa tarde mi esposa 
se cayó por el balcón.
También tuvo un bonito entierro.


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