Soneto octonario
Aurora de fantasía, musa de amor cristalina,
pluma que ligera vuelas al azul de la utopía,
corazón sin medias suelas, farol que alumbra mi día
aleja del alma mía el negror de la rutina.
Corazón de amor armado en el cuerpo que declina
si vive en paz con el alma, fluye en él sana energía,
el espíritu se calma, de lo frugal se deslía
y vive al odio blindado cual ave feliz que trina.
Sentada frente al hogar paso las tardes pensando,
al cielo voy preguntando; ¿dónde vamos a parar?
¡me dan ganas de llorar, al ver el mundo chirriando!
¡A la sinrazón frenando! ¡esto ya debe parar!
el hombre debe lograr pero siempre razonando
y eternamente luchando; ¡nadie corte su volar!
El sol del atardecer, se ceba sobre mis canas
pero yo le pongo ganas y no me dejo vencer,
tengo fe en la humanidad, pienso que todo no es malo,
dura es la realidad, mas anda el hombre sin palo
si goza de libertad.
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