viernes, 27 de octubre de 2017

v M Tercetos encadenados De pobres y tortillas







Tercetos encadenados en ambos hemistiquios.


El pobre es gota en el mar,  gota de un sueño perdido
vivirá el pobre ignorado por el hacedor de historia,
pobre y sin saber medrar, será pasto del olvido.

Toda la vida entrampado sin saber nunca de gloria,
cruzará el pobre la vida, por siempre a salto de mata
en su miseria apocado, dando vueltas como noria.

La ley le pone la brida, si pretende dar la lata,
de fútbol podrá saber, de igualdad mejor se calle,
no sea que alguien decida, apretarle la corbata.

Se morirá sin coger a la vida por el talle,
para el pobre el sol no brilla, la luna no le sonríe,
siempre llanto y padecer, dando igual donde se halle.

De nada sirve si chilla si no encuentra quien le guíe,
al cielo pide rogando, que mande pronto un cristiano
que de vuelta a la tortilla y a la pobreza expatríe.

En estas cosas pensando, se pasa su vida en vano,
morirá el pobre de viejo, y viendo lujos pasar
se irá su piel arrugando, bajo su pelo ya cano.

Escondido entre el pellejo, un sueño sin despertar,
en sus ojos la mirada por el llanto enrojecida
y el ya sentimiento añejo; las ganas ya de saltar,
sin esperar la parada del tren de la puta vida.

Otra versión con cambio de rimas
en primer hemistiquio.

El pobre es gota en el mar, gota de un sueño perdido,
vive el pobre sometido por el hacedor de historia,
pobre y sin saber medrar, será pasto del olvido.

Toda la vida entrampado sin saber nunca de gloria
y vivirá sin euforia , por siempre a salto de mata
en su miseria apocado, dando vueltas como noria.

La ley le pone la brida si pretende dar la lata,
para no meter la pata de igualdad mejor se calle,
no sea que alguien decida, apretarle la corbata.

Se morirá sin coger a la vida por el talle
y por mucho que se engalle la luna no le sonríe,
siempre llanto y padecer, dando igual donde se halle.

De nada sirve si chilla si no encuentra quien le guíe,
al cielo pide le fíe, mandando pronto un cristiano
que de vuelta a la tortilla y a la pobreza expatríe.

En estas cosas pensando, se pasa su vida en vano,
siempre yendo a contramano y viendo lujos pasar,
se irá su piel arrugando, bajo su pelo ya cano.

Escondido en su almohada, un sueño sin despertar,
es su cara un gran pesar por el llanto enrojecida
y un sentimiento le anida; las ganas ya de saltar,

sin esperar la parada... del tren de la puta vida.

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