- De poetas y soledades
- De algún calor sempiterno
- salen las rosas del alma
- y el buen poeta se ensalma
- de un verso que será eterno.
- Tiene el poeta algo tierno
- que le corre por las venas,
- con ello rompe cadenas
- y al pobre le da esperanza,
- pues sus letras son la danza
- que alivia todas las penas.
- ¡Qué alivia todas las penas!
- Pues mi musa está perdida,
- anda por hay escondida
- y rimar, no rimo apenas.
- Estoy harto de las cenas
- que estas fiestas solo ceno,
- con la sal de frutas Eno
- alivio retorcijones
- y ya tengo los cojones
- como de polietileno.
- Como de polietileno
- se quedaron mis ideas
- y aunque tú no te lo creas
- no sé como echar el freno.
- Casi siempre estoy que trueno
- cuando a los hombres yo miro,
- y se me escapa un suspiro
- al ver que no me hacen caso,
- de este invierno ya no paso
- Pues voy a pegarme un tiro.
- ¿Qué vas a pegarte un tiro?
- ¡anda ya, no seas tonta!
- que aquí ya tienes tu impronta
- ya me pegaré yo el piro.
- Hoy estoy para el retiro
- pues este año no lo engancho
- ni por largo ni por ancho
- de momento voy de vago
- y tomándome algún trago
- así voy 'de zafarrancho'.
- Y yo voy "de zafarrancho"
- siempre en busca de la fiesta,
- no me privo de la ingesta
- aunque termine cual chancho.
- Ya después me desengancho
- y vuelvo pa´ mis corrales,
- a taparme con mis chales
- y a vivir como pedorra,
- tal cual oveja modorra
- que aún precisa pañales.
- ¡Qué aún precisa pañales!
- Yo si que tengo modorra
- Ja, vivir como pedorra,
- tú como yo, de viejales.
- Que no somos dos chavales
- que si escribimos de noche
- no es por ver a la Pedroche
- ni porque seamos gatos
- es por pasar buenos ratos
- pasada la medianoche.
- Pasada la medianoche
- solo sale algún vampiro,
- el gato del Edelmiro
- y alguno que otro fantoche.
- Por cierto, que la Pedroche
- tiene un par de buenas tetas,
- firmes, altivas y prietas
- y un culito respingón
- que sirve de inspiración
- hasta a los malos poetas.
- ¡Hasta a los malos poetas!
- No me doy por aludido
- porque yo soy aplaudido
- y hago sonar las trompetas.
- Ya quisieran los poetas
- tener este privilegio
- ya que sin ir a colegio
- bromeo con los mejores
- y me dan hasta alfajores
- ¡Dios! Menudo sacrilegio.
- ¡Dios! Menudo sacrilegio
- aguantar impertinentes,
- que se las dan de potentes
- sin haber ido al colegio.
- Y creen por sortilegio
- ser vates de gran prestigio,
- sin tener ningún vestigio
- de las letras y sus artes,
- pero amigo en todas partes
- hay motivos de litigio.
- Poema de;
- Manuel Ignacio Marín
- y Merche Bou Ibáñez
jueves, 14 de enero de 2021
p De poetas y soledades Con Manuel
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