jueves, 15 de octubre de 2020

¡Qué te den morcilla!


¡Qué te den morcilla!
  • Tienes presos mis sentidos
  • no te engaño ni exagero,
  • por ti me siento torero
  • por ti derramo gemidos.
  • Mi alma revienta en aullidos
  • al contemplar tu belleza,
  • ya rondan por mi cabeza
  • estrellitas amorosas,
  • por la culpa de esas cosas
  • perdí toda mi fiereza.

  • Pero como te has marchado
  • pues ve y que te den morcilla,
  • seguro que otra me pilla
  • y me trata con agrado.
  • Ya mi corazón blindado
  • no precisa de tu amor.
  • Presumías de ser diosa,
  • te creías una rosa,
  • del jardín la mejor flor
  • y eres cardo borriquero,
  • que a este viejo torero
  • no causará más dolor.

  • Aposté a caballo cojo,
  • me salió la cosa rana,
  • me encomendé a la sotana
  • pa´ ver de salvar el ojo.
  • Mas me quedé sin matojo
  • en donde tumbar la chepa,
  • mi amigo duda no quepa
  • que esta feo el apostar
  • es mucho mejor libar
  • vino de una buena cepa.

  • "Toico lo que me dijiques"
  • bien me cuadra de algún modo,
  • te faltó decir que el codo
  • bien lo muevo en alambiques.
  • Y no hago caso a repliques
  • de mozos filibusteros,
  • tampoco sigo los fueros
  • que rigen las disciplinas,
  • y se lidiar las espinas
  • de los tontos marrulleros.

  • Vino, solo llamo al tinto,
  • lo demás, mariconadas,
  • aguachirris endulzadas,
  • algo al vino bien distinto.
  • Me meto entre pecho y cinto
  • cada día mi buena dosis
  • no le temo a la cirrosis
  • y dicen que al virus mata
  • fortalece  la patata
  • y es bueno para la artrosis.

  • Así de paso te olvido
  • que ya tu amor me la sopla,
  • solo quedará esta copla
  • pa´ recordar lo vivido.
  • Yo por ti mucho he sufrido
  • mas te borré de mi piel,
  • los versos de Rafael
  • me ayudan para el olvido;
  • "Sin ser tu novio ni amante,
  • soy el que más te ha jodido;
  • con eso tengo bastante".

Marta siempre fue el centro de las miradas, o al menos así lo creía ella. Caminaba con aires de grandeza por el barrio, como si el mundo estuviera hecho para servirla. Con su cabello perfectamente peinado y su atuendo cuidadosamente elegante, se creía la reina de la ciudad. Pero en el fondo, su pomposidad no era más que un disfraz que ocultaba una personalidad mediocre.

Aquella tarde, mientras paseaba por la plaza, Marta se topó con el viejo Nicanor, un hombre que, a pesar de sus años, aún conservaba un aire de valentía. Sin embargo, lo que él sentía por ella era un amor lleno de ilusiones perdidas.

 ¡Merezco qué me den morcilla! exclamó entre dientes al recordar lo absurdo de su enamoramiento. Sabía que la belleza de Marta era solo superficial, y que detrás de esa fachada había un fondo de egoísmo y superficialidad.

¿Oh, Marta, por qué no me querrás?, se lamentaba mientras se rasguñaba la cabeza como un perro nervioso. Había creído que su amor por ella lo convertiría en un torero valiente, derramando pasión y gemidos por donde pasaba. Pero no; solo le había dejado un nudo en el estómago, como si le hubiera jugado una mala pasada. Ahora rondan por mi cabeza estrellitas amorosas, pero al diablo con ello, se decía, apretando los puños.

La verdad era que Marta tenía un ego tan inflado que le servía de flotador. ¿Diosa? No. Más bien era como un cardo borriquero, creciendo en el campo mientras se creía la planta más bellas del jardín. Ya verás como otra me pilla y me trata con cariño, decía Nicanor burlándose de sí mismo, recordando lo poco que Marta en realidad valía.

Mientras tomaba un vino tinto, Nicanor reflexionaba sobre sus pésimas decisiones amorosas, afirmando que había apostado a caballo cojo, y que esta vez le había salido "rana". Se rio de su propia desgracia al recordar como había creído que Marta lo salvaría del sinsabor de la soltería, ¿y para qué sirvió tanta lucha? Solo para que ella se esfumara dejando un eco de carcajadas en su camino.

Todo lo que me decías era mentira, se decía, recordando sus discusiones con la desafiante Marta, quien creía tener la razón en todo. Qué fácil es hablar cuando tienes el ego más grande que la luna, pensó. Ella siempre se movía por lugares y amoríos de los que  pudiera sacar parte y Nicanor era un viejo torero sin oficio ya y sin arte. 

Mientras tanto, él se contentaba con vino tinto, para ponerse contento burlándose de ella y de su percepción del mundo, diciendo que era una meapilas arrugada por la cual ya había perdido el interés.

Ahora, llenando de vino  mi pecho, olvidaré tu recuerdo, murmuraba como un mantra, mientras el tinto corría por su garganta. Yo por ti he sufrido, Marta, pero hay que ser tonto para llorar por alguien que se cree más que un diosa. 

En su mente resonaba la voz de Rafael de León, un sabio poeta que hacía eco en sus pensamientos con aquellos versos de la profecía: “Sin ser tu novio ni amante, soy el que más te ha jodido; con eso tengo bastante". Esa era la verdad, se decía Nicanor y aunque Marta lo había encadenado a su propio tormento, él había encontrado la libertad en el vino y en el humor burlón.

Así, el viejo Nicanor levantó su copa en honra a los tontos y a las tontas como Marta; esos que adornan el mundo con sus sueños inalcanzables y que, al final, son solo una broma del destino.

X Levanta ya Nicomedes



  • Levanta ya Nicomedes
  • prepara tú la comida
  • por que yo estoy muy rendida
  • de navegar por las redes.
  • Y mira también si puedes
  • me pones la lavadora,
  • por que ya va siendo hora
  • que te olvides del sofá,
  • que vives como un rajá
  • ¡solo pringa servidora!

  • Las penas te las amagas,
  • deja ya de hacerte el longuis,
  • no me hagas como esos monguis
  • que viven zurciendo bragas.
  • Y si alguna te hizo llagas
  • de ahí son las cicatrices,
  • mas tú di que son varices,
  • que no heridas del amor
  • por que a un tan gran señor
  • nadie toca las narices.

  • Un mordisco en las orejas
  • un pellizquito en la nalga
  • y un polvete si me dejas
  • te voy a echar cuando salga,
  • de esta cuarentena larga
  • que me tiene hasta el cogote,
  • ya me sale hasta bigote
  • que ni depilarme puedo,
  • abran ya por Dios el ruedo
  • que preciso un buen cipote.

  • Sin dejar de disfrutar
  • se debe vivir la vida
  • y que no sea perdida
  • por tener miedo a pecar.
  • Nada te vas a llevar
  • cuando te lleven pa´l hoyo
  • Con que a remojar el bollo
  • seas joven o ya viejo.
  • Quien quiera siga el consejo
  • o que se la pique un pollo.

  • Levanta ya Nicomedes

  • Levanta ya Nicomedes prepara tú la comida
  • por que yo estoy muy rendida de navegar por las redes.
  • Y mira también si puedes me pones la lavadora,
  • por que ya va siendo hora que te olvides del sofá,
  • que vives como un rajá, ¡solo pringa servidora!

  • Las penas te las amagas, deja ya de hacerte el longuis,
  • no me hagas como esos monguis que viven zurciendo bragas.
  • Y si alguna te hizo llagas de ahí son las cicatrices,
  • mas tú di que son varices, que no heridas del amor
  • por que a un tan gran señor nadie toca las narices.

  • Un mordisco en las orejas, un pellizquito en la nalga
  • y un polvete si me dejas te voy a echar cuando salga,
  • de esta cuarentena larga que me tiene hasta el cogote,
  • ya me sale hasta bigote que ni depilarme puedo,
  • abran ya por Dios el ruedo que preciso un buen cipote.

  • Sin dejar de disfrutar se debe vivir la vida
  • y que no sea perdida por tener miedo a pecar.
  • Nada te vas a llevar cuando te lleven pa´l hoyo 
  • Con que a remojar el bollo seas joven o ya viejo.
  • Quien quiera siga el consejo o que se la pique un pollo.



Haciendo sonetillos


  • De ocho sílabas soneto
  • se le llama sonetillo,
  • fácil como hacer bolillo
  • si lo tomas como reto.

  • Con este el quinto le meto
  • que ya le pillé el tranquillo,
  • este ya me hecha un tufillo
  • a estar casi ya completo.

  • El noveno ya señalo
  • de los catorce que son
  • y creo que no es muy malo.

  • Si le pones corazón
  • y de amor le das un halo
  • te saldrá bien sabrosón.

  • -0-

  •  Y yo me tardé dos días
  • también la primera vez
  • que quise abrir una nuez
  • rompiéndome las encías.

  • Solo son letras vacías
  • que no pretendo ser juez,
  • que yo también estoy pez
  • en esto de las poësías.

  • Pero interés si le pongo
  • aunque sé que algunas veces
  • también sale algún mondongo.

  • Si las letras bien las cueces
  • te saldrá muy buen zorongo
  • y verás como te creces.

miércoles, 14 de octubre de 2020

M Cuando me aburro








A veces cuando me aburro...a
intento inventar estrofas...b
a ver que os parece esta;...c
que salió ayer de mi testa,...c
cuando fui a por alcachofas...b
a la tienda de Don Curro....a

Y si esta no gusta mucho...a
otra tendré que probar,...b
mientras que le quito al chucho...a
las pulgas de las orejas,...c
que no para de ladrar...b
y el vecino me da quejas....c

El Manolín de Agapito...a
me dice que son muy cortas...b
y que soy mala poeta,...c
se ríe el muy majareta,...c
le tendré que dar dos tortas...b
en esa cara de pito....a

Con esta voy por la cuarta,...a
creo que voy a parar...b
tanto rollo ya me harta...a
y me tengo que ir a misa...c
y después a visitar...b
a mi prima Mary Luisa....c 

El secreto 
de las plumas rosas

Me monté sobre una nube
para buscar en los cielos
ese preciado secreto
de todas las plumas rosas
que le cantan al amor
y consiguen que olvidemos
que también la vida lleva
grandes dosis de dolor.


X Ovillejos XIII




Ovillejos

¿Quién es pazguata y ñoña?
La doña.
¿Y alumbrándola con tea?
Es fea.
¿Y tan refea es, carajo?
Cual grajo.

Le dio la vida un mal gajo
se llevó la peor parte,
con poca gracia y sin arte
la doña es fea, cual grajo.

¿Por qué ante nada se ofuscan?
Algo buscan.
¿De donde sacan valor?
Del amor
¿Cómo mantienen la flama?
Con su llama.

Salen pronto de la cama,
se levantan muy temprano,
con un candil en la mano
buscan del amor la llama.


¿Y quién arma siempre pitote?
Don Quijote.
¿Y quién se quedará tan pancho?
El buen Sancho.
¿Y por quién los vientos orea?
Por Dulcinëa.

Aunque alguno no se lo crea
y muy pocos lo desconocen
en el mundo todos conocen
al Quijote, Sancho y Dulcinea.


¿Le da a la vida frescor?
¡Amor!
¿En los dientes el esmalte?
¡No falte!
¿La pasión está de más?
¡Jamás!

Si me haces caso serás
feliz al llegar a viejo,
tan solo sigue el consejo;
¡Amor no falte jamás!

¿Qué nos depara la suerte?
¡La muerte!
¿Y qué nos alegra el sino?
¡El vino!
¿Qué nos alegra las testas?
¡Las fiestas!
Gocemos buenas ingestas,
sin a la parca temerle
y así poder ofrecerle
a la muerte vino y fiestas.

¿El más tonto que tú vieres?
¡Tú lo eres!
¿Así de bote y a pronto?
¡Muy tonto!
¿Es seguro lo que dices?
¡Narices!

Te las prometes felices
y presumes de muy chulo
siendo tan solo un garrulo.
¡Tú eres tonto de narices!

¿Hay  personillas muy tunas?
Algunas.
¿Cómo las almas penetras?
Con letras.
¿Y si en versar no eres cuco?
Trabuco

¿Y cómo se hace ese truco?
Es coger de otro un poema,
seguir o cambiar el tema
si algunas letras trabuco.


¿Es tu ovillejo correcto?
Perfecto.
¿Y quién luce por su brillo?
Tu ovillo.
¿Y tiene además mucha miga?
Sí, amiga.

Y déjame que te diga
que para ser el primero
pusiste en él mucho esmero.
Perfecto tu ovillo amiga.

-------------------

¡A políticos mamones!
¡Cabrones!
¡Solo mentir, se os da bien!
¡Os den!
¡Gustáis dar sin disimulo!
¡Porculo!

Lástima no haber un zulo
en donde todos quepáis
y de ahí nunca salgáis.
¡Cabrones, os den porculo!

Señores fascistas, ¿me oyen?
¡Os follen!
Por el culo os metan hierros,
¡por perros!
Del mundo seréis proscritos,
¡malditos!

Cabezas huecas, chorlitos
pronto llegará vuestra hora,
huid,corred ya sin demora.
¡0s follen, perros malditos! 

domingo, 11 de octubre de 2020

Z Romances de Don Cosme y Del mejicano Porfirio



Romance de Don Cosme

Este romance no es mío,
me lo contaba mi abuelo.
Yo le hice algunos arreglos.
Nunca supe de quien es.


Un día del mes de agosto
llegaron tres forasteros
malcarados y andrajosos
a cierto pueblo manchego
de la provincia de Cuenca
cuyo nombre no recuerdo.

En la fonda de la Blasa
tomaron un aposento,
diciendo que eran viajantes
de artículos ortopédicos.

Allí aguantaron tres días
en paciencia y en silencio,
a pesar de lo que Blasa
con los tres estaba haciendo,
pues les daba de comer
unas manitas de cerdo,
que todo el que las probaba
salía de pronto corriendo
y tomaba el primer tren
con dirección a Toledo.

Algo muy malo tramaban
aquellos tres forasteros,
pa´ aguantar lo que la Blasa
con los tres estaba haciendo.

En aquel pueblo vivía
Don Cósme Perez Cienfuegos,
hombre de mucha fortuna
y que a pesar de ser médico
se llevaba bien con todos
los habitantes del pueblo,
ya que por su intervención
no hubo más que tres entierros.

Una noche tenebrosa
salen los tres bandoleros
armados con escopetas
y con tres quesos manchegos,
y entrando por el corral
que está lleno de conejos
a Don Cósme y su familia
dan espantoso tormento.

Tan tremebundo espectáculo
hace que se erice el vello
y abran de raíz las carnes
verbo y gracia al más entero.

A la madre de Don Cosme
la sujetan al perchero
y la hurgan con orquillas
en el oído derecho,
en su intrínseca maldad
no se contentan con esto
y con afán de hacer daño
cogen y le meten dentro
aceitunas aliñadas
con pimentón, sal y orégano.

A la pobre de la criada,
sin comerlo ni beberlo,
cogiendo dedal y aguja
y un ovillo de hilo negro,
en el suelo espatarrada
la bordaron sobre el pecho,
a punto de cadeneta
y poniendo en ello empeño;
¡"Vivan Daoiz y Velarde
y el general Espartero"!

A Don Cosme me lo trincan
y después de bien sujeto,
le golpean en el cogote
como si fuera un conejo
con un tomo de las obras
de Bretón de los Herreros,
para que suelte la mosca;
u séase los dineros.

Este es el horrible crimen
este es el triste suceso
que un día del mes de agosto,
tres malvados bandoleros
perpetraron una noche
por el lucro del dinero
en un lugar de La Mancha,
cuyo nombre no recuerdo.

-0-




Romance del mexicano
Porfirio

Este poema no es mío,
es a medias con mi abuelo,
el me lo contó
y yo le hice algunos arreglos.
Nunca supe si era suyo
o de quien era.


El mejicano Porfirio,
un macho de cuerpo entero
dice que quiere saber,

como es un hombre por dentro.

Por la calle cuesta abajo
Porfirio grita diciendo;
-!Lo que yo quiero es saber
cómo es un hombre por dentro!

El mejicano Porfirio
carita de cobre tierno,
hechuras de rey azteca
lacio de mostacho pelo,
de azul brillantina india
brazo corto, machetero,
recia mirada aborigen
con limaduras de hierro.

Grita que quiere saber;
¡cómo es un hombre por dentro!

Los revólveres dormitan
en los bolsillos zagueros;
los cuchillos ya bostezan
de pelusa y de silencio.
¡Y Porfirio quiere ver
cómo es un hombre por dentro!

Los pulsos del peonaje
presienten lunas de hielo.
Los silencios en la tarde
suenan cómo hierros nuevos
de navajas castellanas
y machetes jalisqueños.

Las viejas se chismorrean
y en la calle un ojo puesto
se van cerrando las puertas,
se va oscureciendo el cielo.

Los pasos por la pradera
son como tambores ciegos,
en noche, noche nochera
mudo se quedó el silencio.
Se oye el repiquetear
de los dientes por los suelos,
ríos de sangre presagian
esos nubarrones densos.

Ya con visos de tragedia
el alma viste de negro,
la luna se da la vuelta
para esconderse del miedo.

El aceite del candil
se esconde tras un lucero,
se pesa el miedo en arrobas
en esta tarde de duelo.

El mejicano Porfirio
azteca de cuerpo entero,
pura sangre de dos sangres
estirpe de dos imperios,
valiente donde los haya
quiere saber el misterio.
Dice que quiere saber;
¡cómo es un hombre por dentro!

¡Alerta los federales,
salgan todos a su encuentro,
al pecho ya los fusiles,
¡al arma, pólvora y hierro,
pongan la rodilla en tierra
y lancen al cielo un rezo,
diez mosquetones en fila
y un corazón en el centro!

¡Apuntad bien federales
a su cinturón de cuero!
¡Qué ha dicho que quiere ver
cómo es un hombre por dentro!
Y es muy rechulo ese charro,
dicen que anduvo de cuentos
con los valientes de Pancho
en sus vueltas por Morelos.

La mano lleva en el cinto,
con la mirada hacia el cielo
y paso muy decidido
se va soltando los flecos.

Porfirio va con sigilo
por las calles en silencio,
mientras el sueño se esconde
la noche ayuda al acecho.

Lleva una mano escondida,
blancos de cera, los dedos
y en mente la idea fija
de ver un hombre por dentro.

El gringo lo ve llegar,
¡ay, gringo! ¿No te da miedo?
¡Una muralla de libros
le sirve de parapeto!
-¿Qué buscas aquí, pelao?
-dice Morgan, el librero.
-Los adentros... ¡Quiero ver
cómo es un hombre por dentro!

-Toma, son treinta centavos
y para empezar es bueno.
Porfirio sale a la calle,
Porfirio sale contento,
treinta centavos el libro
con todo el hombre por dentro;
* Principios de Anatomía
Cuaderno Primero. El Cuerpo *
Un texto muy comprensible
y unos dibujos muy bellos.

¡Federal, descansa el arma,
Porfirio quiere ser médico¡

El silencio soltó un grito
y al miedo volvió el aliento.
¡Por fin Porfirio sabrá
como es un hombre por dentro!

sábado, 10 de octubre de 2020

A la luz de la hoguera




  • vídeo canción

  •  A Federico
  • A la luz de la hoguera

    https://youtu.be/lckC3W6xGrI

    Silva arromanzada
    con endecasílabos en gaita gallega

    Un caballo relincha
    una mañana de agosto en la vega,
    ya los gitanos encienden la lumbre,
    nubes muy negras, presagian tormenta.

    Deambula una sombra
    a la luz de las velas,
    con su verde ropaje
    anda la muerte... buscando un poeta
    y el lucero del alba
    marcha llorando a perderse en la niebla.

    A la luz de la luna
    una guitarra de pronto se encrespa,
    un llanto lastimero
    resuena por la sierra,
    una gitana con gritos al viento
    dice que ha visto... la muerte de cerca
    y un palomo llorando
    lleva una herida en sus labios abierta.

    Y dijo la gitana,
    como buena hechicera;
    Te cerrarán la boca
    como hombre amigo… no como poeta,
    que tu voz Federico;
    va resonando... por toda la tierra.

  • -------------------------------
  • A la luz de la hoguera

    https://youtu.be/lckC3W6xGrI

    Silva arromanzada
    con endecasílabos en gaita gallega

    Un caballo relincha
    una mañana de agosto en la vega,
    ya los gitanos encienden la lumbre,
    nubes muy negras, presagian tormenta.

    Deambula una sombra
    a la luz de las velas,
    con su verde ropaje
    anda la muerte... buscando un poeta
    y el lucero del alba
    marcha llorando a perderse en la niebla.

    A la luz de la luna
    una guitarra de pronto se encrespa,
    un llanto lastimero
    resuena por la sierra,
    una gitana con gritos al viento
    dice que ha visto... la muerte de cerca
    y un palomo llorando
    lleva una herida en sus labios abierta.

    Y dijo la gitana,
    como buena hechicera;
    Te cerrarán la boca
    como hombre amigo… no como poeta,
    que tu voz Federico;
    va resonando... por toda la tierra.

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A la luz de la hoguera
(intro)
Un caballo relincha
una mañana de agosto en la vega.
Ya los gitanos encienden la lumbre,
nubes muy negras, 
presagian tormenta.
(estribillo)
Deambula una sombra
a la luz de las velas,
con su verde ropaje
anda la muerte... 
buscando un poeta
y el lucero del alba
marcha llorando 
a perderse en la niebla.
(coros)
A la luz de la luna
una guitarra 
de pronto se encrespa,
un llanto lastimero
resuena por la sierra,
una gitana con gritos al viento;
dice que ha visto... 
la muerte de cerca.
Y un palomo llorando
lleva una herida,
en sus labios abierta.
(estribillo)
Deambula una sombra
a la luz de las velas,
con su verde ropaje
anda la muerte... 
buscando un poeta
y el lucero del alba
marcha llorando 
a perderse en la niebla.
(outro)
Y dijo la gitana,
con voz plañidera;
Te cerrarán la boca
como hombre, Federico… 
.
Pero no como poeta,
que tu voz Federico;
irá sonando... 
por toda la tierra.

viernes, 9 de octubre de 2020

Entre col y col una lechuga




  • Entre col y col una lechuga,
  • nada nuevo bajo el sol
  • ni hay bosque que no tenga trol
  • ni hay un pollo sin pechuga
  • y quien mucho madruga
  • a las tres de la tardes está
  • bien tumbado en el sofá,
  • pero volviendo al tema
  • cierto que no todo es poema,
  • algunos parecen ser
  • como letras de alquiler
  • dibujando un mal teorema.

  • No existen los versos presos
  • si sabes hacerlos fluir,
  • con el rimar y medir
  • volaran por universos.
  • Para que te queden tersos
  • si no te gusta la norma
  • ni meter letras en horma,
  • muy fino tendrás que hilar,
  • para así poder lograr
  • a los versos darles forma

  • Y hablando sobre poema
  • le di a mi nieta a leer
  • uno que vi escrito ayer
  • y me dijo con su flema;
  • ¿y esto cierto es un poema?
  • pues yo te aseguro abuela
  • que si lo llevo a la escuela
  • y digo a la profesora,
  • que lo hizo esta servidora,
  • de una patada me vuela.

  • Sobre lomos de un poema
  • va cabalgando Dolores,
  • nos cuenta versos de amores
  • con todo su amor y flema.
  • Su corazón una gema
  • que brilla a la luz del día,
  • con brillo de poesía
  • que sale del alma pura,
  • va derramando ternura
  • con gracejo y simpatía.

  • Nadie debe competir
  • con poetas de altos vuelos,
  • que si poetas son ellos
  • también lo dirán de ti.
  • Cada quien debe imprimir
  • los sentimientos que salen
  • de su alma para que calen
  • como lluvia en mes de abril
  • en todo aquel que encuentre
  • en tus versos la simiente
  • que haga grato su vivir.

  • Como una palabra justa,
  • lo de sastres bien les queda
  • pues muchos cortan la prosa,
  • (usando mal las tijeras)
  • para que parezcan versos
  • y solo son rayas sueltas
  • que hasta dan dolor de ojos
  • al ver que no se respeta
  • el cortar por donde tocan
  • las frases para que tengan
  • a simple golpe de vista
  • una bonita apariencia.


De dioses, santos y sinos




  • Ni santos hay en el cielo ni dioses que nos protejan,
  • pues los santos se asemejan y nadie lo tome a duelo,
  • a un monigote con pelo ya de yeso o de cartón.
  • Uno también de madera hizo el carpintero Antón
  • y oí yo que le decía un día al abuelo Curro;
  • ¿Ves abuelo al San Pascual? Pues del pesebre del burro
  • es un hermano carnal.

  • El sino a veces nos lleva por oscuros derroteros
  • y entre las panas y cueros con nuestra vida se ceba.
  • Hace con nosotros leva y nos embarca sin rumbo,
  • nos trata como higo chumbo, cubriéndonos con espinas
  • sin ver rectas... solo esquinas. La testa en continuo zumbo
  • nos hace pedir disculpa, pero no es nuestra la culpa
  • sí de un sino muy balumbo.

  • Tiende el ser a la tristeza, ya la llevamos de serie
  • y aunque algún día se ferie nos golpea con crudeza.
  • A la vida y su dureza de poco le valen chistes,
  • disfruta de vernos tristes y sumidos en el hoyo,
  • mas hay que seguirle el rollo para ver como subsistes
  • sin un mal caldo de pollo.

  • Cuando damos un traspiés por muchas vueltas que demos,
  • por mucho que lo intentemos nada se vuelve del biés.
  • Nos da la vida un revés nos empuja y nos derriba,
  • dejándonos panza arriba con descaro y sin pudor.
  • Si,  a alguien le fue mejor que venga aquí y me describa;
  • ¿él cómo... lo consiguió?

  • Cuando me deis por perdía en iglesias no busquéis
  • que allí no me encontraréis ni de noche ni de día.
  • Es un pensar a fe mía que habrá mejores lugares.
  • Para dar amor a mares no hace falta ser creyente,
  • puede darse amor la gente, del mismo modo en los bares
  • con un trago de aguardiente.

  • Negras nubes se avecinan y empalagosos silencios
  • de pájaros que no trinan ante un Dios que sigue mudo,
  • desoyendo como afinan los pobres que con sus gritos
  • pidiendo amor se empecinan sin nadie que les escuche
  • y sin un saco de pan ni de flautas ni de pitos,
  • que llevarse para el buche.