- Décimas XXIX
- Décimas del montón I
- El amor cerró caminos
- y también cerró la tienda
- que ya no hay nadie que venda
- ni patatas ni pepinos.
- Se secaron los chuminos
- porque nadie los trabaja,
- alguno hay que mucho raja
- de ser en la cama un macho
- pero es solo un mamarracho
- que no sabe que baraja.
- Sin nadie que le confronte
- anda siempre muy maltrecho,
- presume de pelo en pecho
- y parece un mastodonte.
- Para él no existe horizonte
- ni freno que le sujete
- mas no le sigo el carrete
- a pintas de medio pelo
- pues aprendí de mi abuelo
- a tener prieto el ojete.
- Decían que se extinguieron
- hace miles de años ya,
- pero creo no es verdad
- o es que algunos renacieron.
- Que todos no se murieron
- aún queda algún machosaurio
- que sigue aquí amigo Mario
- y viste con alma negra,
- es más malo que una suegra;
- y sigue dando mal fario.
- A veces pierdo el plumaje
- mas lo recupero luego
- ya que esto es tan solo un juego
- y nadie busca el ultraje.
- Mas me da mucho coraje
- tener que aguantar a un gallo,
- por eso a veces me rallo
- y le canto las cuarenta
- de ese modo ya no aumenta
- ni se hace más grande el callo.
- Y por cierto, amigo Mario,
- me di cuenta que persigna
- si que rima con consigna,
- con consigan es mal fario.
- Como soy un buen corsario
- no te lanzo por la borda
- pero si haces otra gorda
- te tiro a los tiburones
- o te daré dos capones
- y te mando al Sursuncorda.
- ¡Vaya ripios que nos cuelas!
- por ser de poco estudiar,
- te ibas al río a pescar,
- ¿no había en tu pueblo escuelas?
- Pues apriétate las bielas
- si quieres seguir la danza
- y no lo tomes a chanza
- que si vuelves a fallar
- te vamos a taladrar
- un agujero en la panza.
- ¡Saldrá tu culo pelado!
- si vienes con malos rollos,
- aquí ya no somos pollos
- con el cerebro lavado.
- Así que mi buen chiflado
- con tus cuentos a otra parte,
- por aquí nos sobra el arte
- para labrar la madera,
- sin escuchar tu sonsera
- ni tener porque aguantarte.
- Que penando me despeno
- y a la mente se me viene;
- si despenar es de pene
- lo mismo te lo cerceno.
- Porque sin pene, moreno,
- lo de macho pierdes fijo
- serás tan solo un botijo
- o especie de bicho raro,
- así que te quede claro;
- ¡no me molestes canijo!
- Y tú me llamas reputa
- por decirtelo bien claro,
- por no pasar por el aro
- y por mi actitud tan bruta.
- Pero me gusta la fruta
- bien pura y libre de mancha,
- así que tú pa´ tu cancha
- a seguir con tu pío, pío
- que yo sigo con lo mía
- y aquí me quedo tan pancha.
- Y reputa a mi entender
- es quien se entrega por vicio
- no quien lo busca de oficio
- tan solo para comer.
- Mas creo a mi parecer
- cada quien manda en lo suyo
- y no hay porque hacer barullo
- a quien vive como puede,
- así que cada uno ruede
- tal le salga del capullo.
- Yo a vivir eché valor
- sin saber que me aguardaba,
- tras un matojo acechaba
- la vida cual malhechor.
- Me revolcó con ardor
- más conmigo no podía
- supe luchar cada día
- para ganarme el potaje,
- puse tesón y coraje
- para vencer a esa arpía.
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