- vídeo canción
- El mar de los sueños
- .
- Por el mar de los sueños, navego,
- vasto océano de amor en templanza
- donde tu sonrisa es el lucero
- que guía a las olas en su danza.
- .
- Cada amanecer, crece la brasa,
- del sol que en tu mirar enciende fuego,
- mi corazón arde por tu amor que arrasa
- toda la inmensidad de mi gran anhelo.
- .
- Las sirenas de Ulises tienen celos,
- tu belleza la tratan de esconder,
- pero mi brújula fiel, sin enredos,
- saber guiarme a ti, la razón de mi querer.
- .
- En la isla de sueños que he forjado,
- entre sueños e ilusiones danzantes,
- hallé un tesoro que nunca había anhelado:
- tu amor, que brilla en mis días constantes.
- .
- Y así, en el mar de mi propia danza
- encontré lo que buscaba el corazón:
- no son joyas ni oro ni alabanzas,
- sino tu amor, la esencia de mi pasión.
- .
- I.A.
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- En busca del tesoro perdido
- .
Quintillas agudas
.
Riman los versos 2º y 5º
en rima consonante aguda.
.
En el mar de los anhelos
navegando con fervor,
busco un tesoro escondido
con mi bajel de tres palos,
navegando con ardor.
- Por el mar de los sueños, navego,
- vasto océano de amor en templanza
- donde tu sonrisa es el lucero
- que guía a las olas en su danza.
.
Tenues olas me acarician
con su apacible rumor,
mientras el sol me recibe
por las mañanas temprano
con un rayo de esplendor.
.
En el mar, por su grandeza,
siento un enorme temor,
mas la brújula del alma,
esa que nunca se pierde,
hace muy bien su labor.
.
Con tesón y valentía,
cruzo mares con furor,
pues el premio prometido,
al ser algo inmensurable
le da fuerza a mi motor.
.
Mientras mi búsqueda dure,
pienso estar ojo avizor
hasta encontrar el tesoro,
de ese cofre que estará
lleno de paz y de amor.
Mercedes Bou Ibáñez
En busca del tesoro perdido
En el mar de los anhelos, un vasto y misterioso océano que se extendía hasta donde la vista podía alcanzar, se desplegaba ante mí un horizonte lleno de promesas.
Navegaba con fervor en mi bajel de tres palos, cada vela inflándose con el viento, impulsándome hacia mi destino, ese tesoro escondido que tanto ansiaba encontrar. Las olas, tenues y suaves, me acariciaban con su apacible rumor, como si la misma naturaleza me alentara en mi aventura.
Cada mañana, el sol emergía por el este, sus primeros rayos iluminando las aguas con un rayo de esplendor. Mirando al cielo, sentía que el universo conspiraba a mi favor, otorgándome fuerza y energía para proseguir. Pero en el fondo de mi corazón, el mar, por su grandeza e imprevisibilidad, susurraba un eco de temor.
Sabía que detrás de su belleza también se escondían peligros, tormentas y el mismo desconocido que acechaba en la profundidad.
Sin embargo, la brújula del alma, mi fiel compañera en esta travesía, nunca se perdía. Era un faro de esperanza en medio de la tempestad, guiándome hacia el norte, hacia ese lugar donde el tesoro, el que anhelaba, aguardaba pacientemente.
Con tesón y valentía, cruzaba los mares con un fervor renovado, desafiando cada ola que se alzaba ante mí, pues el premio prometido era algo inmensurable. La imagen del cofre, repleto de paz y amor, ardía en mi mente, alimentando el motor de mis sueños.
Día tras día, me aventuraba por senderos desconocidos, avistando islas desiertas y enfrentando tormentas ensordecedoras, pero mi espíritu nunca flaqueaba. Mientras mi búsqueda durara, viviría con los ojos bien abiertos, avizor, escudriñando el horizonte en busca de señales, de pistas que me acercaran a mi meta.
Finalmente, después de lo que parecieron eternidades de navegar, un susurro de esperanza tendió su mano hacia mí. Un destello en el agua atrajo mi atención. Allí, en la lejanía, se perfilaba una isla cubierta de verdes palmeras y flores multicolores, un paraíso en medio del vasto océano. Mi corazón latía con fuerza mientras me acercaba; intuía que allí, en ese rincón olvidado, podía estar el tesoro que tanto había buscado.
A medida que desembarcaba, el aire fresco llenaba mis pulmones y el canto de las aves me saludaba como viejos amigos. Con el corazón palpitante, comencé a caminar por la arena dorada, y de repente, mis ojos se posaron en un cofre antiguo medio enterrado. El momento de la verdad había llegado.
Con manos temblorosas lo abrí y, aunque no encontré oro ni joyas, lo que vi dentro superaba cualquier riqueza material: una luz cálida y envolvente, un mar de paz y amor que inundó cada rincón de mi ser.
En ese instante comprendí que el verdadero tesoro no era un objeto tangible, sino la experiencia vivida, el viaje realizado y las conexiones recientes. En el mar de los anhelos, había encontrado lo que realmente buscaba, y supe que, mientras mi espíritu siguiera navegando, siempre habría nuevos mares por explorar.
Nota
.Algo que no se debería hacer,
- forzar los verbos por conseguir la rima
- ni el abuso de gerundios.
- .
- Ayer vi que mi nevera vacía estar
- y me vine a quedar pensando,
- que tenía que salir para fruta comprar,
- pero no quería ir andando
- y pensé entonces en un taxi buscar.
- .
- Posdata:.
- .
- Algunos piensan, que como siempre
- ando ,entre comillas, criticando
- modos de escribir, que parece ser
- que yo no quiera que nadie escriba,
- nada más lejos, muy al contrario,
- ojala todo el mundo fuese poeta
- o hacedor de versos,
- que el mundo funcionaría mucho mejor.
- .
- Mi única intención es
- que de lo poco que sé,
- pueda aprender todo aquel
- que sabe menos.
- .
Lo único que en verdad, si me saca de quicio,
es que se diga que falto al respeto
de algunos usuarios, con tanto machacar
siempre con lo mismo.
.
Y no soy yo, quien falta el respeto a nadie,
son aquellos que se autodenominan a sí mismos
poetas, y lo creen, porque no han leído
nunca nada, y ciertamente,
no lo demuestran en sus escritos,
esos si que le están
faltando el respeto a la poesía y al verso.
.
O sea, esos que necesitan
bajar las cotas del ego
y aprender un poco más,
que nunca es tarde.
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Quintillas agudas
(intro).
Riman los versos 2º y 5º
en rima consonante aguda.
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En busca del tesoro
(intro)
En el mar de los anhelos
navegando con fervor,
busco un tesoro escondido
con mi bajel de tres palos,
que navega tras tu amor.
...
(coros)
- Por el mar de los sueños, navego,
- vasto océano de amor en templanza
- donde tu sonrisa es el lucero
- que guía a las olas en su danza.
...
(verso1)
Tenues olas me acarician
con su apacible rumor,
mientras el sol me recibe
por las mañanas temprano
con un rayo de esplendor.
...
(verso2)
En el mar, por su grandeza,
siento un enorme temor,
mas la brújula del alma,
esa que nunca se pierde,
hace muy bien su labor.
...
(coros)
- Cada amanecer, crece la brasa,
- del sol que en tu mirar... enciende el fuego.
- Mientras mi corazón arde
- con una pasión que arrasa
- toda la inmensidad... de mi gran anhelo.
- ...
(verso3)
Con tesón y valentía,
cruzo mares con furor,
pues el premio prometido,
al ser algo inmensurable
le da fuerza a mi motor.
...
(puente)
- Las sirenas de Ulises tienen celos,
- tu belleza la tratan de esconder,
- pero mi brújula... fiel y sin enredos,
- saber guiar hacia ti
- el timón de mi velero...
- ...
- (outro)
Mientras mi búsqueda dure,
pienso estar ojo avizor
hasta encontrar el tesoro,
de ese cofre que estará
lleno de paz y de amor
esperando a mi velero
lleno de paz y de amor.
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