lunes, 13 de junio de 2022

A José Hernández poeta uruguayo. Delia




  •  Romance

  • A José Hernández
  • poeta uruguayo.
  • .
  • Amaneció gris el día,
  • están de luto las letras,
  • de fiesta visten los cielos.
  • San Pedro anuncia a trompeta
  • que vistan todos de largo
  • y engalanen las veredas,
  • que ha llegado hasta la gloria
  • del amor su gran lumbrera.
  • .
  • Hoy me enteré que te fuiste,
  • y tuve que arquear con fuerza,
  • los arcos de mis pestañas,
  • para impedir que salieran
  • a chorro mares de lágrimas,
  • pero no pude con ellas
  • no las pude contener
  • y brotaron bien espesas,
  • corriendo a la desbandada
  • desbocadas de tristeza,
  • fueron corriendo a buscar
  • el alivio con tus letras
  • y así apaciguar el duelo
  • con la miel de tus poemas.
  • .
  • No sé que decir amigo;
  • que ya tan solo me queda
  • recordar con ilusión
  • tu sueño de pluma inquieta
  • y mirando hacia los cielos
  • veo que una hermosa estrella
  • esa, la del brillo intenso,
  • esa con puntas de flecha
  • lleva grabado con fuego;
  • en el brillo de su estela,
  • tu nombre, amigo, tu nombre, 
  • tu nombre de gran poeta,
  • tu nombre; José Hernández,
  • que brilló al lado de Delia,
  • .

Tango
  • Te consintió la ochava,
  • la luz del almacén y las estrellas,
  • “las calles y las lunas suburbanas”,
  • el guapo y la ramera.
  • El conventillo te prestó las notas
  • del tano que lloraba en canzonetas,
  • del gallego que entonaba morriñas
  • en tristes habaneras.

  • Deambulaste las calles de adoquines,
  • te enredaste a los hierros de una reja,
  • trajinaste arrabales:
  • transeúnte de noches y bohemia.
  • Te llamaron plebeyo
  • por hijo del burdel y las tabernas
  • parido en los suburbios,
  • arrullado entre vahos de ginebra
  • por el canto de sombras y aguardiente
  • y ausencias de Malena.

  • Al fin te provocaron las distancias
  • y triunfaste en veladas europeas.
  • El compás dos por cuatro
  • impuso su cadencia.
  • En un abrazo de pernó y champán
  • se fundieron malvón y lentejuelas,
  • el barrio con el centro,
  • el percal y la seda.
  • El clavel de Madrid
  • y los cercos de humildes madreselvas.

  • En la esquina de grandes baldosones
  • la luna de Pompeya
  • abrazada al farol
  • se espeja en la vereda.
  • Mientras un bandoneón
  • bosteza entre redondas y corcheas
  • el recuerdo de Arolas
  • y una loca quimera.
  • En la voz de Gardel
  • retornan los fantasmas de una pena
  • y en sensual firulete
  • se enlaza una pareja.

  • Envuelto en los sonidos de la noche,
  • en parla y confidencias
  • el tango, fiel reflejo de la vida,
  • ama, goza, llora, sueña…
  • Su melodía herida de arrabales
  • se quiebra en la garganta de Azucena.
  • . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
  • DELIA E. FERNANDEZ CABO DE HERNANDEZ.
  • (PRIMER PREMIO “UNIVERSO DE TANGOS”.
  •  BUENOS AIRES.- ARGENTINA)


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