jueves, 6 de abril de 2017

Me enamoré del David...vaya chasco. Verso libre De cuentos de la Gertrudis









Excelso David
de mi inspiración el dueño,
la nube de amor ardiente,
aura púrpura del sueño,
que vive y flota en el alma
de esta poeta corriente
que busca en ti paz y calma
a su corazón ardiente.

Nubes de nácar y oro
comienzan a despuntar,
cuando digo que te adoro
riza sus olas el mar,
para esconder el tesoro
que me invita a suspirar.

Y sobre tu apolínea escultura
vuelo con vivo placer,
al contemplar tu figura
tiembla un cuerpo de mujer
presa ya de tu hermosura.

Qué dulces se me hacen las horas
cuando veo tu cara altiva,
de libélulas se viste la aurora,
mi alma por tus huesos cautiva
lágrimas de pasión, al viento llora.

En vano se enfada el mar,
alza su voz con las olas
se desespera, brama y al cielo implora
desdichado al contemplar
el canto que a tu belleza, 
dedican las caracolas.

Sola en mi lecho hago arengas
¡al cielo chillando grito
suspirando que a mí vengas!
¡mas qué lástima que tengas
tanto cuerpo y... poco pito!

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