domingo, 3 de mayo de 2020

Z W En unas excavaciones,







Cosas como estas y otras peores
me enseñaba mi madre. 
Siete de estas estrofas no sé de quien son,
las marcadas en negrita.

Y por mucho que busqué nunca lo supe,
(las malas lenguas dicen que puede ser 
que fuesen de Camilo José Cela, pero por más
que busqué en su obra no las encontré)
las aprendí de mi madre y algunas están retocadas.
Las otras son de cosecha propia.

Si les saco una sonrisa
me daré por satisfecha,
aunque alguna contrahecha
no lo verá de esa guisa.
No se lo tomen a risa
ni crean que no estoy cuerda
pero es fácil que les muerda
este versear pendejo
a algunos con el pellejo
más fino que el de una mierda.
En unas excavaciones, 
por las cuevas de Almanzor
encontraron los ladrones
tesoros de gran valor.

Un condón de piel de cabra,
que dicen que usó Moisés
con las mozas de la fuente
donde se paró a beber.

Siete navajas barberas
de distintas dimensiones
que las usaba Sansón
pa´ afeitarse los cojónes.

Un montón grande de pelo,
casi pa´ hacerse un abrigo
de pelusa que sacaba
el Voltaire del ombligo.

El forro de las pelotas
propiedad de un gran rajá
con el que el rey de Inglaterra
mandó forrar su sofá.

El revés de una pelliza
hecho solo con pellejo
de un grano que le quitaron
al culo de Plinio el Viejo.

Siete caracoles machos
que daban gusto a Jacob
en la punta del carajo
cuando se tumbaba al sol.

Bajo una parra encontraron
la vela de un gran velero
hecha con piel del escroto
del caballo de Espartero.

Unos calzoncillos rosa
que dicen eran del Dante,
parece ser que el buen hombre
hacía también de “tománte”

Una jeringuilla vieja
con que curaba un inglés
las purgaciones culeras
que le pegó un irlandés.

De Tarzán un taparrabos,
el prepucio Del Quijote
y un huevo que le amputaron
a Judas el Iscariote.

Un garbancillo zorrero
que le sacaron del ano
cuando le dieron porculo
a Juan Sebastián el Cano.

El virgo de una novicia,
la verga de Rocinante
y la leche que vertieron
en Teruel los dos amantes.

La camisa de Isabel,
la católica de España,
que mató al quererla oler
hasta un perro con legañas.

Pelos del coño, que Lope
guardaba de La Violante
y el primer preservativo
que usó Miguel de Cervantes.

La hoja de parra que Adán 
estrenó en La Noche Buena
y las criadillas del guarro
que mataron pa´ la cena.

Un gran cipote de barro
hecho a la medida exacta
de la napia del Cyrano,
aquel bardo de la Galia.


Y escondidos en un zulo
tapado con una roca
los cuatro pelos del culo
de Doña Juana la Loca.

Las bragas de cuello largo
de aquella monja tan penca
a la que puso Don Juan
con los pies mirando a Cuenca,

El rabo de la borrica
que a Don Mendo complacía
cuando tenía la regla
su amante Doña Elosía.

Y el sostén de Dulcinea
que estaba usando un vecino
pa´ ponerlo de serón
a lomos de su pollino..

Estas cosas encontraron 
y espero se encuentren más,
manténganse en sintonía,
volveremos a informar .

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